Hace cuatro años, tal día como hoy, estaba esperando tu tren a las 11:30 de la mañana. Ese fín de semana venías a conocer a la gente del foro, a una kdd a morir según tus palabras. Nosotros ya teníamos mas que hablado el itinerario del día, además tenía ganas de poner cara a la persona que me estaba apoyando tanto vía msn en aquella época de mierda que rodeaba mi vida.
El tren paró y mis latidos se aceleraron. No entendía por qué estaba tan nervioso. Llegaste a mi lado. Dos tímidos besos y conversación de besugo. No sabíamos que decir hasta que te pille mirándome el culo y salió mi vena gruñona. -¿Qué miras? y vuelta a la timidez.
Fueron 24 horas de turismo, cervezas, comida, copita, cocktail, cubatas, cena, mas cubatas, desayuno, turismo y despedida. 24 horas muy intensas que hicieron darme cuenta de lo que merece la pena de verdad en la vida y de que no hay que aguantar nada por mucho apego o cariño que haya o haya habido.
En esa despedida, algo mío se quedaba atrás contigo. Nunca me vinieron tan bien unas gafas de sol. Supimos que no sería la última despedida. Un mes después empezamos una preciosa relación que aún dura y que espero no tenga fin.
A día de hoy, convivimos felizmente, hablamos de futuro y disfrutamos de cada día como si fuera el primero.
Te quise, te quiero y siempre te querré, Campanilla.
